La democratización de la experiencia estética y los usos del espacio público

La emergencia de la práctica del muralismo en Mendoza coincidió con el periodo político del primer peronismo. La realización del Salón de Cuyo del año 1947 llevada a cabo por los integrantes de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP), filial Mendoza contempló la invitación de los artistas...

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Autor principal: Jorajuria, Roxana
Publicado: 2018
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Acceso en línea:https://bdigital.uncu.edu.ar/fichas.php?idobjeto=15611
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Sumario:La emergencia de la práctica del muralismo en Mendoza coincidió con el periodo político del primer peronismo. La realización del Salón de Cuyo del año 1947 llevada a cabo por los integrantes de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP), filial Mendoza contempló la invitación de los artistas Juan Carlos Castagnino, Demetrio Urruchúa y Antonio Berni, todos ellos simpatizantes del PC y practicantes del muralismo, ya desde la década anterior en Buenos Aires y en Rosario, principalmente. Este acontecimiento implicó el desembarco en Mendoza de algunas nociones en torno a la experiencia mexicana de la pintura mural que, en el caso de los artistas de la SAAP, filial Mendoza, se hallaban próximas al ideario del Partido Comunista y disidentes del proyecto político oficial correspondiente al primer peronismo (1946-1955). Años más tarde, en 1953, los primeros ejercicios de pintura mural fueron concebidos como una estrategia de democratización de la experiencia estética pensada desde el propio seno peronista cuando el artista Julio Suárez Marzal, al frente de la dirección del Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú, realizaba un llamamiento a los artistas argentinos para que ejercitasen el muralismo a través de la publicación de un boletín. Este trabajo aborda el pensamiento del artista Julio Suárez Marzal acerca de la importancia de la práctica mural en el contexto nacional, así como la creación del mural portátil que realizó para ser emplazado en el stand denominado Provincia Eva Perón (La Pampa) en el marco de la exposición industrial de carácter continental denominada Feria de América. Se sostiene que la noción de espacio público, así como el ejercicio de lo público se deslizaron en las reflexiones del artista como una apuesta a la democratización de la experiencia estética que tomaba distancia de la concepción elitista del arte en cuanto al tipo de pintura, de temas, de soportes y de espacios de exhibición. Este trabajo aborda el pensamiento del artista Julio Suárez Marzal acerca de la importancia de la práctica mural en el contexto nacional junto con el mural portátil que realizó para ser emplazado en el stand denominado Eva Perón en el marco de la Feria de América. Se sostiene que la noción de espacio público, así como el ejercicio de lo público se deslizaron en las reflexiones del artista como una apuesta a la democratización de la experiencia estética que se alejaba de la concepción elitista del arte. Esta toma de posición buscaba la creación de un arte de masas, a la vez que apuntaba a sedimentar la identidad americana y se encontraba en consonancia con las formulaciones de las políticas culturales del primer peronismo. Con estos planteos se propone identificar el momento cultural en el que se concibieron los vínculos entre arte, sociedad y política a partir de la reflexión y práctica de la pintura mural como apuesta a un uso particular del espacio público tendiente a la ampliación social del consumo artístico. En este contexto, el abordaje del ideario de Julio Suárez Marzal resulta clave y será indagado a la luz de los postulados de la Teoría de la Representación en la figura de Louis Marin.