Diario de un reconocimiento de las guardias y fortines que guarnecen la línea de frontera de Buenos-Aires, para ensancharla /

Félix de Azara, 18 de mayo de 1742 (Barbuñales, Huesca)-1821. España. Fue militar, ingeniero, explorador, cartógrafo, antropólogo y naturalista. Estudió en la Universidad de Huesca y en la Academia militar de Barcelona dónde se graduó en 1764. Sirvió en el regimiento de infantería de Galic...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Azara, Félix de, 1746-1821.
Formato: Libro electrónico
Lenguaje:Español
Publicado: Barcelona : www.linkgua-digital.com, 2019.
Colección:Memorias (Linkgua Ediciones)
Materias:
Acceso en línea:https://elibro.net/ereader/siduncu/167570
Descripción
Sumario:Félix de Azara, 18 de mayo de 1742 (Barbuñales, Huesca)-1821. España. Fue militar, ingeniero, explorador, cartógrafo, antropólogo y naturalista. Estudió en la Universidad de Huesca y en la Academia militar de Barcelona dónde se graduó en 1764. Sirvió en el regimiento de infantería de Galicia y obtuvo el grado de lugarteniente en 1775. Siendo herido en la guerra de Argel, sobrevivió de milagro. Asimismo rechazó en 1815 la Orden de Isabel la Católica en protesta por los ideales absolutistas imperantes en España. Mediante el tratado de San Ildefonso (1777), España y Portugal fijaron los límites de sus dominios en América del Sur y Azara fue elegido como uno de los cartógrafos encargados de delimitar con precisión las fronteras. Marchó a Sudamérica en 1781 para una misión de algunos meses y vivió allí veinte años. Al principio se estableció en Asunción, Paraguay, para realizar los preparativos necesarios y esperar al comisario portugués. Sin embargo, pronto se interesó por la fauna local y comenzó a estudiarla acumulando el extenso archivo que más tarde conformó los cimientos de su obra científica. Cabe añadir, además, que colaboró con José Artigas en el establecimiento de pueblos en las fronteras entre la Banda Oriental (actual Uruguay) y el Imperio del Brasil. Azara murió en España en octubre de 1821, víctima de una pulmonía; fue también conocida su amistad con Goya, quien pintó un retrato suyo.
Este cuaderno, que contiene uno de los tantos proyectos que se han formado para la seguridad de nuestros campos, recuerda también uno de los importantes trabajos de don Félix de Azara en estas provincias. El virrey Melo, testigo del celo de este inteligente oficial en el Paraguay, aprovechó su inacción en Buenos Aires para encargarle el reconocimiento de nuestra frontera. La proximidad y el arrojo de los bárbaros mantenían a los pocos moradores del campo en una alarma continua; y se trataba menos de ensanchar nuestro territorio que defender la vida de sus habitantes. Hasta entonces, y mucho después, el que presidía el vasto virreinato de Buenos Aires mandaba obsequiar a los caciques para que no le hostilizasen, y era general el deseo de salir de un estado tan degradante. Los hacendados y el Cabildo habían representado al rey la necesidad de avanzar y proteger las poblaciones; muchas cédulas habían llegado de España con la aprobación de estos planes, y destinando fondos para realizarlos; pero nunca faltaban pretextos para eludirlas, y la obra de nuestra frontera había tenido la misma suerte que la famosa acequia imperial de Aragón, en que se empezó a trabajar dos siglos después que fue proyectada.
Descripción Física:1 recurso en línea
ISBN:9788498976922